Hola amigas y amigos,
Hoy lunes empezamos la semana "light".... :-)
Que tengan una Feliz Semana
El Gallego y El Coito
::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Ante la extraña melancolía que desde hace unos meses
mostraba su hija mayor, Federico decide ir un día a la capital
(puesto que en el pueblo sólo había veterinario) y llevarla al médico.
tras examinar a la moza (veinte años, unas peras formidables...),
el médico le dice al paisano: "Sr. Federico, sin temor a equivocarme
creo que lo que su hija necesita es un coito" Y el padre: " Ah, pues
nada, si lo que necesita es un coito, recétele usted un coito, que lo
importante es que la niña esté bien".
El médico se sorprende bastante, pero como el otro insistía, finalmente
accede a "recetarle" un coito a la niña: "Bueno, pues entonces si hace
el favor, espere en la salita de fuera, que voy a darle el tratamiento a su hija".
El hombre sale y se sienta fuera, con las cuatro personas que estaban
esperando para consulta. Al rato, comienzan a oírse unos suspiros desde la
consulta. Femeninos, para más señas. La gente de la sala se mira
sorprendida. Los suspiros van a más. Para cuando los suspiros se
transforman en gemidos, la gente de la salita ya está intercambiando miradas
escandalizadas y risitas. Los gemidos suben de intensidad, y de repente se
escucha con nitidez un largo y profundo "AAAAaaaAAAhhhh"...
El padre mira entonces al resto de la gente, y comenta con una sonrisa
cómplice... "menos mal que ustedes y yo sabemos lo que es un coito,
porque cualquiera diría que se la está follando"
Hoy lunes empezamos la semana "light".... :-)
Que tengan una Feliz Semana
El Gallego y El Coito
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Ante la extraña melancolía que desde hace unos meses
mostraba su hija mayor, Federico decide ir un día a la capital
(puesto que en el pueblo sólo había veterinario) y llevarla al médico.
tras examinar a la moza (veinte años, unas peras formidables...),
el médico le dice al paisano: "Sr. Federico, sin temor a equivocarme
creo que lo que su hija necesita es un coito" Y el padre: " Ah, pues
nada, si lo que necesita es un coito, recétele usted un coito, que lo
importante es que la niña esté bien".
El médico se sorprende bastante, pero como el otro insistía, finalmente
accede a "recetarle" un coito a la niña: "Bueno, pues entonces si hace
el favor, espere en la salita de fuera, que voy a darle el tratamiento a su hija".
El hombre sale y se sienta fuera, con las cuatro personas que estaban
esperando para consulta. Al rato, comienzan a oírse unos suspiros desde la
consulta. Femeninos, para más señas. La gente de la sala se mira
sorprendida. Los suspiros van a más. Para cuando los suspiros se
transforman en gemidos, la gente de la salita ya está intercambiando miradas
escandalizadas y risitas. Los gemidos suben de intensidad, y de repente se
escucha con nitidez un largo y profundo "AAAAaaaAAAhhhh"...
El padre mira entonces al resto de la gente, y comenta con una sonrisa
cómplice... "menos mal que ustedes y yo sabemos lo que es un coito,
porque cualquiera diría que se la está follando"
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